Carta para un Estudiante de Odontologia ❤
Recuerdo el primer día que entré a la universidad y aunque muchos insisten en verlo como un evento muy muy lejano, realmente entre ese día y el día de hoy que los chicos y chicas del nuevo ingreso visten de blanco por primera vez y se aventuran a comenzar una nueva experiencia en sus vidas no hay tantas diferencias, al menos en el sentimiento, las ilusiones, las expectativas y los miedos. Al igual que ellos comenzaba con una mochila llena de sueños por cumplir, con las ganas de ser el mejor y el firme propósito de estudiar 48 horas diarias. O bien, como todos los que ya van más adentrados en la carrera, que tras 1 meses de vacaciones regresan esperanzados de contar a sus compañeros lo que hicieron en este período, con el miedo de los nuevos maestros de los que ya han oído historias aterradoras. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué todas esas ilusiones desaparecen en el transcurso de la primera o la segunda semana de clases? Es tal vez porque encontramos en la universidad una obligación y no u